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Construir el programa de cambios del centro político: tarea urgente e ineludible

Publicado: 2022-01-26

En nuestro artículo anterior, sostuvimos la necesidad de construir un centro político con identidad ideológica, que se diferencie claramente de lo que actualmente aparece –en palabras de Juan Carlos Tafur– como un centro aguachento, un polo inercial carente de sentido reformista, incapaz de plantear reformas estructurales importantes e institucionalizar la democracia.

Dicho centro con identidad ideológica podría ser “republicano”, “progresista”, “reformista” o –incluso– “liberal”, dependiendo de la caracterización que pueda hacerse de cada uno de dichos términos. En cualquier caso, la construcción de dicho centro es una tarea pendiente. Más allá de algunos esfuerzos aún embrionarios (Confluencia Perú, Partido Morado, Partido del Buen Gobierno o partido Hacer País), no se ha logrado aún, como movimiento de centro, la fuerza orgánica y arraigo social suficientes para ser viable políticamente y poder realizar las grandes reformas que el Perú requiere y reclama.

Ahora bien, más allá de la necesaria definición ideológica, que debe ser el resultado de una amplia deliberación al interior del movimiento de centro reformista, es indispensable avanzar en otra tarea. Comentando mi artículo anterior, Carlos Reyna Eyzaguirre me hizo una acotación muy oportuna: 

“el punto clave, crítico, será la definición del programa de cambios que vuestro partido quiera concretar. Eso determinará no solo cómo se vea a sí mismo en términos ideológicos sino como lo vean los demás. La identidad suele combinar la mirada propia y la de los otros”.

En el partido PERÚ REPUBLICANO –organización que actualmente se encuentra en proceso de fusión con otros colectivos políticos (Confluencia Ciudadana, Colectivo Colibrí y Dignidad Magisterial) para conformar el partido CONFLUENCIA PERÚ– afirmábamos diversos principios de los que se puede deducir un programa de cambios:

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1. Construir una sociedad de ciudadanos, libre de toda forma de discriminación, que garantice simultáneamente la libertad y la justicia, donde los personas, además de ser formalmente iguales ante la ley, contemos con iguales oportunidades para desarrollar nuestros proyectos personales, familiares, comunitarios y como sociedad nacional; donde el desarrollo humano sea el resultado de una vida institucional y una actividad económica sostenibles que garanticen el bienestar de todos.

2. Construir una sociedad en que se valore nuestra gran diversidad y se reconozca el pluralismo. El Perú que tenemos por construir es, afortunada y necesariamente, una promesa de encuentro y valoración de la diversidad, así como un país abierto al mundo.

3. Respectar irrestrictamente la dignidad humana y defender con firmeza los Derechos Humanos y el orden institucional, nacional e internacional.

4. Remontar las grandes fracturas que han marcado nuestra historia, en particular las profundas exclusiones vinculadas al género, a condiciones socioeconómicas asociadas a diferencias étnico-culturales, y al centralismo, que ahogan la iniciativa y creatividad de las personas y no permite una distribución equitativa de las oportunidades.

5. Construir un país descentralizado, lo que implica revisar las deficiencias del proceso de regionalización inconcluso que tenemos y buscar formas de reordenamiento y organización territorial adecuados con las necesidades de desarrollo armónico de todos los territorios del país.

6. Construir una ética del servicio público y enfrentar la corrupción en todas sus formas, así como la captura del Estado por intereses particulares. Esto implica priorizar la lucha contra el narcotráfico y otras actividades ilegales que se desarrollan menoscabando la dignidad de las personas y que han infiltrado y corroído el sistema político.

7. Contar con una organización económica sana, basada en la responsabilidad fiscal, equilibrio económico y sostenibilidad; en que la actividad económica privada se desarrolle en armonía con un orden institucional que garantice los derechos de las personas, con regulaciones efectivas que impidan abusos derivados de los desequilibrios de poder y con un mercado que funcione, efectivamente, como un mecanismo de encuentro entre productores y consumidores, libre del mercantilismo y de prácticas monopólicas y oligopólicas que socavan la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos.

8. Apostar radicalmente por el desarrollo de la ciencia y la tecnología y una educación que promueva el desarrollo del potencial diverso de las personas en todos los campos que definen la riqueza de la actividad humana, sosteniendo y fortaleciendo nuestra natural curiosidad, deseo de conocer, y voluntad de afirmar una plena vida ciudadana.

Ciertamente, la relación reseñada no agota el programa de cambios en torno a los cuales los diversos actores políticos que nos asumimos republicanos, progresistas, liberales o de centro reformista, debemos ponernos de acuerdo, construir una agenda común y, en función de ello, asumir compromisos de acción política articulada.

¡La tarea es ardua, pero es urgente e ineludible!

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Escrito por

Carlo Magno Salcedo

Abogado. Constitucionalista. Profesor de Ciencia Política (San Marcos) y Derecho (San Martín). Político. Cocinero. Cumbiero intelectual.


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Cuestiones de la Polis

Derecho, sociedad, cultura y política en el Perú y en otras polis del mundo.