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Keiko Fujimori y Michael Corleone: los hijos de la mafia

El remake

Este post, que reproduzco tal cual, fue publicado originalmente hace cinco años (02/JUN/2011), a pocos días de la segunda vuelta de 2011. Las últimas noticias, que vinculan una vez más a la candidata y a su entorno con el narcotráfico y el lavado de activos (de allí que la DEA esté metida), me sugieren que lo que dije entonces sigue siendo pertinente. (*)

Publicado: 2016-05-16

A estas alturas de la contienda electoral, los promotores, voceros y mercenarios de la candidatura de Keiko Fujimori no pueden seguir ocultando o manteniendo en el olvido lo que significó para nuestro país el régimen de Alberto Fujimori. Por eso, en esta segunda vuelta su campaña se centra en diferenciar a la hija del padre, señalando que la pobre Keiko Fujimori no es su papá; que no se la puede responsabilizar por los “errores”, pecados, delitos y crímenes de su padre; o que la propensión al crimen no se transmite genéticamente.

En principio, es verdad que nadie es responsable por los delitos cometidos por otros, incluyendo los familiares más cercanos; ni puede, por tanto, cargar con sus culpas. Pero eso no aplica en el caso de los Fujimori, padre e hija. Voy a graficarlo con un ejemplo cinematográfico.

Quienes no han leído la novela “El Padrino”, de Mario Puzo, deben haber visto la trilogía basada en la misma, dirigida por Francis Ford Coppola. Trata sobre la vida de una familia mafiosa de origen italiano que se asienta en New York y luego extiende sus tentáculos por los Estados Unidos. Don Vito Corleone (interpretado por Marlon Brando), el Padrino, se convierte en el capo de capos y dirige una poderosa red de organizaciones criminales (la Cosa Nostra) que comete delitos de toda índole, incluyendo asesinatos, corrupción de funcionarios e infiltración en la política.

Cuando Don Vito debe retirarse, lo sustituye en la dirección de la organización mafiosa su hijo Michael Corleone (interpretado por Al Pacino), contando con la asesoría de su padre hasta la muerte de este, heredando el mismo “personal” (“consejeros”, sicarios, etc.) y las mismas redes. Cuando Michael se convierte en el nuevo Padrino, la organización mafiosa que dirige no sólo hace lo mismo que hacía bajo la dirección de su padre, sino amplía sus “negocios” y radicaliza sus “métodos”.

parece que las rifas, al igual que los cocteles, son otras formas de lavar dinero cuyo origen no se puede sustentar.

¿Se podría afirmar que a Michael no se le puede responsabilizar por los “errores”, pecados, delitos y crímenes de Vito Corleone? Si bien la propensión al crimen no se transmite genéticamente, Michael heredó la dirección de la misma organización criminal creada por su padre y la mantuvo. No se puede, por tanto, considerar a Michael como alguien distinto o desvinculado de Don Vito.

Exactamente lo mismo pasa con Don Alberto y Keiko. Como bien señala Carlos Reyna, Keiko Fujimori es la discípula y la continuadora de su padre en todo lo que son los juegos del poder (que en su caso incluyeron el crimen). Nació a la política moldeada por su progenitor. De él tomó el ideario elemental del fujimorismo. Ella piensa que el golpe de Estado de 1992 estuvo justificado. Cree que su papá no sabía nada de los crímenes orquestados por Montesinos. Piensa que es inocente, que su condena es injusta y que debe ser liberado. De él recibió su condición de apoderada del fujimorismo. Él le traspasó los operadores, las redes, las complicidades y las prácticas políticas que conforman su movimiento. Y no la hubiera hecho candidata sin verificar que ya era una dócil y aplicada pupila política.

Entonces, cualquier parecido entre la ficción de los Corleone y la realidad de los Fujimori, no son coincidencia. Y, como suele ocurrir, la realidad supera a la ficción. En un tiempo Michael Corleone, hizo los mayores esfuerzos por dedicarse a otras actividades y seguir su propio camino, se alejó de su familia y hasta llegó a ser un héroe de guerra.

Keiko Fujimori, en cambio, nunca hizo el menor esfuerzo por hacer su propio camino (ni siquiera sus estudios en Boston fueron en ese sentido, ya que fueron financiados con dinero ilícito y lo que allí aprendió nunca lo usó en emprendimientos personales). Por el contrario, desde muy joven se postuló como la heredera política de Don Alberto y heredó prontamente la conducción de su organización político-criminal.

Michael Corleone hereda la organización criminal creada por su padre, vito corleone, y se convierte en el nuevo padrino.

(*) Este es el post original.


Escrito por

Carlo Magno Salcedo

Abogado. Constitucionalista. Profesor de Ciencia Política (San Marcos) y Derecho (San Martín). Político. Cocinero. Cumbiero intelectual.


Publicado en

Cuestiones de la Polis

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